Es una enfermedad en el cual la persona tiene sentimientos de tristeza, desmotivación y pérdida de autoestima. En las personas de edad avanzada es un problema muy generalizado al que usualmente no se le hace diagnóstico y con frecuencia se le da un tratamiento inadecuado. Muchas personas mayores no confiesan que tienen signos y síntomas de depresión por miedo a ser juzgados como débiles o locos.
La depresión puede ser causada por la pérdida del cónyuge o de un amigo cercano, dolores y enfermedades crónicas, dificultad para movilizarse, frustración por la pérdida de la memoria, dificultad para adaptarse a circunstancias cambiantes como la mudanza del hogar a una residencia, o cambios dentro de la familia.
Si estos síntomas se presentan diariamente durante más de 2 semanas, entonces es posible que la persona tenga depresión.
- Estado de ánimo irritable o deprimido.
- Sentimiento de minusvalía.
- Pérdida de interés o de placer por las actividades diarias.
- Mal genio, agitación.
- Cambios en el apetito, usualmente pérdida del apetito.
- Cambios en el peso.
- Problemas para dormir.
- Fatiga (cansancio o agotamiento).
- Dolores y achaques.
- Dificultad para concentrarse.
- Pérdida de la memoria.
- Pensamientos anormales, culpa excesiva o injustificada.
- Comportamiento irresponsable.
- Pensamientos anormales sobre la muerte
- Pensamientos sobre suicidio.
- Planes para cometer suicidio o intentos reales de suicidio.
La depresión puede responder al tratamiento médico. Si no se detecta a tiempo, puede llevar a complicaciones. El pronóstico es generalmente desalentador para aquellas personas cuyo acceso a los servicios sociales es limitado, o sin familiares o amigos que puedan ayudarlos a despertar interés por las actividades. El apoyo social es muy útil para ayudar a las personas a hacer frente a las pérdidas, a los cambios en la movilidad y a otros desencadenantes de la depresión.
Hablar acerca de los problemas con un psicólogo u otro terapeuta también es un tratamiento efectivo.
pacientes de edad avanzada con problemas de depresión. Estos medicamentos deben ser vigilados cuidadosamente por los efectos secundarios que puedan causar. Los médicos generalmente prescriben dosis más bajas de antidepresivos para las personas mayores e incrementan la dosis en forma más lenta que en los adultos más jóvenes.